Los dorsales míticos del Real Madrid y sus herederos: un legado tejido en blanco
En el corazón del madridismo, los dorsales no son solo números cosidos en una camiseta. Son emblemas, historias vivas que trascienden generaciones, cargadas de pasión, gloria y un vínculo emocional que une a los aficionados con los héroes que han vestido la elástica blanca. En Passion Merengue, rendimos homenaje a esos números míticos del Real Madrid y a los herederos que han llevado su peso con orgullo, tejiendo un legado inmortal en el Santiago Bernabéu.
El 7: La chispa del madridismo
El dorsal 7 es sinónimo de magia, rebeldía y liderazgo.Todo comenzó con Juanito, el genio de Fuengirola, cuya garra y amor por el escudo hicieron del 7 un símbolo de entrega absoluta. Cada regate, cada gol, cada grito suyo en el césped encendía al Bernabéu. Su trágica partida dejó un hueco imborrable, pero también un reto: heredar su espíritu.Llegó Emilio Butragueño, el "Buitre", con su elegancia y olfato goleador, llevando el 7 a nuevas cotas en los 80. Su sutileza contrastaba con la furia de Juanito, pero el dorsal seguía brillando. Luego, en los 90, Raúl González tomó la posta. El "Ángel de Madrid" no solo heredó el número, sino que lo convirtió en sinónimo de compromiso y liderazgo, marcando una era con su humildad y goles imposibles.El siglo XXI trajo a Cristiano Ronaldo, quien elevó el 7 a la estratosfera. Con una ambición voraz y un talento descomunal, CR7 redefinió lo que significaba llevar ese número: récords, Balones de Oro y una máquina de goles que hizo temblar Europa. Hoy, Vinícius Jr. recoge el testigo. Con su desborde, su descaro y su sonrisa, el brasileño honra el legado del 7, recordándonos que este dorsal siempre pertenecerá a los que sueñan en grande.
El 9: La catedral del gol
El 9 es el dorsal del killer, del artillero que hace rugir al Bernabéu. Alfredo Di Stéfano, la "Saeta Rubia", lo convirtió en sagrado. Su voracidad goleadora y su liderazgo sentaron las bases del Madrid legendario de las cinco Copas de Europa. El 9 era más que un número; era una corona.Décadas después, Hugo Sánchez heredó el manto. El mexicano, con sus chilenas imposibles y su instinto asesino, mantuvo viva la mística del 9. Luego llegó Karim Benzema, un 9 atípico pero sublime. Su elegancia, visión y capacidad para hacer mejores a sus compañeros transformaron el dorsal en una obra de arte. Hoy, el 9 espera un nuevo heredero, alguien capaz de soportar el peso de una tradición escrita con goles.
El 10: La batuta del genio
El 10 es el número de los soñadores, de los que hacen arte con el balón. Ferenc Puskás lo llevó a la gloria con su zurda prodigiosa, marcando goles que aún resuenan en la memoria madridista. En los 80, La Quinta del Buitre vio a Michel tomar el 10, combinando talento y casta. Más tarde, Luis Figo y Mesut Özil añadieron su magia al dorsal, cada uno con su estilo único.Hoy, Luka Modrić es el guardián del 10. El croata, con su elegancia y precisión quirúrgica, ha dado al número una dimensión de liderazgo silencioso, demostrando que el 10 no solo brilla en el ataque, sino también en el alma del equipo.
El 5: El muro inquebrantable
El 5 representa la solidez, el sacrificio, el escudo que protege al Madrid. Zinedine Zidane lo llevó con clase en su etapa como jugador, antes de convertirse en leyenda como técnico. Luego, Raphael Varane y Fernando Hierro convirtieron el 5 en sinónimo de jerarquía defensiva, liderando desde atrás con autoridad.Hoy, el 5 está en manos de jóvenes como David Alaba, quien combina experiencia y calidad para mantener viva la tradición de un dorsal que nunca se rinde.


Real Madrid vs. Juventus: Un Clásico Mundial con Sabor a Gloria en el Mundial de Clubes 2025
En la cálida noche del 1 de julio de 2025, el Hard Rock Stadium de Miami se vistió de gala para recibir un duelo de titanes que evocaba los grandes enfrentamientos europeos de antaño: Real Madrid contra Juventus, en los octavos de final del Mundial de Clubes. Con el aroma a césped recién cortado y la brisa cargada de historia, los blancos se impusieron por 1-0 en un partido que, aunque austero en el marcador, rebosó de intensidad y momentos que resonarán en la memoria de los aficionados. Esta crónica, escrita con el encanto de las plumas deportivas de otra época, revive la magia de un encuentro que tuvo todo lo que hace grande al fútbol.
El escenario: Miami bajo las estrellas
El sol se había ocultado en Miami, pero el calor aún pesaba como una manta sobre los 62,149 espectadores que llenaron las gradas del Hard Rock Stadium. La humedad del verano floridano, con sus 33°C, ponía a prueba a los jugadores, pero nada podía apagar la pasión de un duelo entre dos gigantes con 17 Copas de Europa entre ambos (15 del Madrid, 2 de la Juve). Era el vigésimo segundo choque competitivo entre estos colosos, el primero fuera de la Champions, y el ambiente olía a épica, como en aquellas noches de los años 80 cuando el fútbol se narraba en blanco y negro.
Un primer tiempo de pulsos y resistencia
Bajo la batuta de Xabi Alonso, el Real Madrid saltó al césped con un 5-3-2 que buscaba solidez, pero los primeros compases fueron de la Juventus. Los bianconeri, liderados por un eléctrico Kenan Yildiz, pusieron en aprietos a la zaga madridista. A los seis minutos, Yildiz conectó con Randal Kolo Muani, quien, solo ante Courtois, envió el balón por encima del larguero en una ocasión que hizo contener el aliento a los hinchas blancos. Minutos después, el propio Yildiz probó con un disparo lejano que se perdió por poco, recordando que la Vecchia Signora no había viajado a Miami a ser comparsa.El Madrid, sin embargo, comenzó a carburar. Federico Valverde, con su despliegue de caudillo uruguayo, y Jude Bellingham, con su elegancia británica, tomaron las riendas. Antes del descanso, Di Gregorio, el guardián juventino, se lució con dos paradas de época: primero, negando un disparo a bocajarro de Bellingham; luego, estirándose como un felino para desviar un trallazo de Valverde desde fuera del área. El 0-0 al descanso era un homenaje a la tensión de los grandes duelos, donde cada balón se peleaba como si fuera el último.
La chispa de la cantera: Gonzalo García
El segundo acto trajo consigo la magia. En el minuto 54, Trent Alexander-Arnold, el lateral inglés que comienza a escribir su leyenda en Madrid, dibujó un centro milimétrico desde la derecha. Allí, como surgido de las páginas doradas de la cantera madridista, apareció Gonzalo García. El joven de 21 años, nieto de un primo de Rita Hayworth, se elevó con la gracia de un torero y conectó un cabezazo inapelable que dejó sin respuesta a Di Gregorio. ¡Gol del Madrid! El estadio estalló, y el 1-0 puso al equipo de Alonso en ventaja.García, quien ha aprovechado la ausencia de Kylian Mbappé (sidelined por una gastroenteritis hasta ese momento), firmó su tercer gol en el torneo, consolidándose como la revelación del Mundial de Clubes. Su cabezazo, descrito por los cronistas como “un latigazo al alma de la Juventus,” fue el momento que inclinó la balanza.
El regreso de Mbappé y la resistencia italiana
En el minuto 68, el Hard Rock Stadium rugió como si el mismísimo Di Stéfano hubiera reaparecido. Kylian Mbappé, recuperado tras su calvario médico, ingresó por García, y el público le rindió una ovación que estremeció Miami. Aunque el francés no encontró el gol, su sola presencia electrificó al equipo. Valverde rozó el 2-0 con un remate que Di Gregorio, héroe de la noche con 10 paradas, detuvo con maestría. La Juventus, agotada por el pressing madridista, apenas inquietó en la segunda mitad, y el pitido final confirmó el pase del Real Madrid a cuartos de final
Un duelo con ecos de eternidad
Este Real Madrid vs. Juventus no fue un festival de goles, pero sí un choque de voluntades, un recordatorio de que el fútbol es más que un marcador. Fue un partido que evocó las grandes noches de antaño, cuando los gigantes europeos se batían en duelos que trascendían el césped. Gonzalo García, con su gol, se convirtió en el héroe inesperado, mientras Di Gregorio, con sus intervenciones, salvó el honor juventino. Xabi Alonso, en su cuarto partido como técnico blanco, demostró que su Madrid, aun en construcción, tiene el ADN de los campeones.El Mundial de Clubes sigue su curso, y el Real Madrid, con su victoria, reafirma su candidatura al trono. En Miami, bajo un cielo estrellado, los blancos dieron un paso más hacia la gloria, dejando atrás a una Juventus que, aunque derrotada, peleó con la dignidad de los grandes. Como en los viejos tiempos, el fútbol volvió a ser poesía, y el Real Madrid, una vez más, su narrador más ilustre.


Real Madrid en la Copa del Rey: Fracasos, milagros y finales inolvidables
La Copa del Rey, ese torneo que destila esencia futbolística y que, aunque a veces quede eclipsada por la Liga o la Champions, guarda en sus anales historias que laten con fuerza en el corazón de los aficionados. Para el Real Madrid, un club sinónimo de grandeza, esta competición ha sido un carrusel de emociones: desde tropiezos inesperados hasta remontadas épicas y finales que han quedado grabadas en la memoria colectiva. Acompáñanos en este viaje con sabor vintage por los momentos más icónicos del Real Madrid en la Copa del Rey, donde el blanco y el morado se tiñen de nostalgia.
Los tropiezos que duelen:
Fracasos inesperadosAunque el Real Madrid es un coloso del fútbol mundial, la Copa del Rey ha sido, en ocasiones, su talón de Aquiles. Los blancos han levantado el trofeo en 20 ocasiones hasta 2025, una cifra respetable pero sorprendentemente modesta comparada con sus 36 Ligas o 15 Champions. La competición del KO ha dejado cicatrices que aún resuenan en el madridismo. Uno de los capítulos más dolorosos llegó en la temporada 2003-04, cuando el Real Madrid de los Galácticos, con Zidane, Ronaldo y Figo en el césped, cayó estrepitosamente en cuartos de final ante el Real Zaragoza. Un 6-1 en La Romareda, con un Diego Milito en estado de gracia, dejó al Bernabéu mudo y marcó un punto de inflexión en una temporada que terminó en blanco. No fue un caso aislado: en 2019, el Leganés, un modesto vecino madrileño, eliminó al Madrid en el Santiago Bernabéu tras un 1-2 que hizo temblar los cimientos del club.Estos fracasos, lejos de empañar la leyenda, humanizan al gigante. La Copa del Rey, con su formato de eliminatorias directas, no entiende de nombres ni de presupuestos. Es un recordatorio de que, incluso para el Real Madrid, la gloria nunca está garantizada.
Milagros que desafían la lógica
Si algo caracteriza al Real Madrid es su capacidad para obrar milagros cuando todo parece perdido. La Copa del Rey ha sido escenario de remontadas que han alimentado el mito del “nunca te rindas”. Un ejemplo inolvidable es la final de 1979-80 contra el Castilla, el filial del club. Aunque el resultado
(6-1) no refleja épica, el contexto sí: el Madrid, en crisis deportiva, se enfrentó a su propio cantera en un duelo fratricida que pudo haber sido un desastre. Los blancos, liderados por Juanito y Santillana, se impusieron con autoridad, pero el partido quedó como un símbolo de la resiliencia madridista.Otro milagro ocurrió en la temporada 2010-11, en la semifinal contra el Sevilla. Tras un 2-0 en contra en la ida, el Bernabéu vibró con una remontada épica en la vuelta: un 3-0 con goles de Cristiano Ronaldo y Benzema que llevaron al Madrid a la final. Esa noche, el estadio se convirtió en una caldera, recordando a los aficionados que, en Chamartín, lo imposible solo es el preludio de la victoria.
Finales que no se olvidan
Las finales de Copa del Rey del Real Madrid son un mosaico de emociones. Algunas, como la de 1993 contra el Zaragoza, son recordadas por su dramatismo. Con un empate a uno en el tiempo reglamentario, el gol de Lasa en la prórroga desató la euforia en un Madrid que llevaba 15 años sin ganar la Copa. Pero, sin duda, la final más icónica es la de 2011 contra el FC Barcelona, en Mestalla. En un Clásico cargado de tensión, Cristiano Ronaldo se elevó en el minuto 103 para cabecear un centro de Di María y romper el empate. Ese gol, bajo la lluvia valenciana, no solo dio al Madrid la Copa, sino que marcó el inicio de una nueva era bajo el mando de José Mourinho.Otra final grabada en la retina es la de 2014, también contra el Barcelona. Con el partido agonizando y un 1-1 en el marcador, Gareth Bale protagonizó una cabalgada histórica por la banda izquierda, esquivando a Bartra a pura potencia para anotar el 2-1 definitivo. Ese gol, conocido como “la carrera de Bale”, es un emblema de la garra madridista.
Una competición con alma
La Copa del Rey, menos glamurosa que la Champions, tiene un encanto único. Es el torneo de las sorpresas, de los modestos que desafían a los gigantes, de los partidos a vida o muerte. Para el Real Madrid, ha sido un campo de batalla donde han convivido la gloria y el fracaso, los milagros y las decepciones. Cada eliminatoria, cada gol, cada noche en el Bernabéu o en un estadio rival lleva consigo una historia que merece ser contada.Así, mientras el Real Madrid sigue acumulando trofeos y récords, la Copa del Rey permanece como un recordatorio de su humanidad. Es un torneo donde el escudo no basta, donde la magia se forja en 90 minutos (o más), y donde los recuerdos, ya sean dulces o amargos, perduran para siempre. Porque, en el fútbol, como en la vida, no hay victoria sin lucha, ni gloria sin sacrificio.


Real Madrid vs. Juventus: Un Duelo Épico en los Octavos del Mundial de Clubes 2025
El Hard Rock Stadium de Miami Gardens se prepara para ser el escenario de un enfrentamiento histórico este martes 1 de julio de 2025, cuando el Real Madrid, comandado por Xabi Alonso, se enfrente a la Juventus en los octavos de final del FIFA Club World Cup. Este choque entre dos gigantes europeos promete ser uno de los más emocionantes de la ronda, un verdadero espectáculo para los aficionados madridistas y del fútbol mundial.
Un Clásico Europeo en el Escenario Global
El encuentro entre Real Madrid y Juventus marca la vigesimosegunda vez que estos colosos se enfrentan en competiciones oficiales, pero será la primera fuera del ámbito de la UEFA Champions League. Con un historial de 10 victorias para el Real Madrid, 9 para la Juventus y 2 empates, la balanza está ligeramente inclinada a favor de los blancos, pero la Vecchia Signora ha demostrado ser un rival temido. Su último duelo, en los cuartos de final de la Champions 2017-18, terminó con un dramático 4-3 a favor del Madrid en el global, incluyendo un penalti decisivo de Cristiano Ronaldo en el Bernabéu.
Este partido en el Mundial de Clubes no solo es un cruce entre dos clubes históricos, sino también una oportunidad para que el Real Madrid de Xabi Alonso continúe consolidando su estilo de juego en un torneo que los merengues buscan conquistar por sexta vez. Por su parte, la Juventus, tras una fase de grupos irregular, llega con hambre de revancha tras caer 5-2 ante el Manchester City en su último partido.
La Trayectoria en el Mundial de Clubes 2025
El Real Madrid llega a este duelo tras liderar el Grupo H con autoridad. Los blancos empataron 1-1 contra Al Hilal en un partido intenso, vencieron 3-1 a Pachuca (pese a jugar con 10 hombres tras la expulsión de Raúl Asencio) y golearon 3-0 a RB Salzburg, con goles de Vinícius Júnior, Federico Valverde y Gonzalo García. Este último, con dos tantos y una asistencia en la fase de grupos, se ha convertido en una de las revelaciones del torneo. La solidez defensiva, con un Thibaut Courtois en gran forma y la adaptación al sistema de tres centrales de Alonso, ha dado al Madrid una nueva identidad táctica.
Por otro lado, la Juventus aseguró el segundo puesto del Grupo G tras un arranque arrollador: una goleada 5-0 sobre Al Ain y una victoria 4-1 contra Wydad AC, con Kenan Yildiz como figura destacada (tres goles y una asistencia en la fase de grupos). Sin embargo, su derrota 5-2 ante el Manchester City expuso ciertas debilidades defensivas que el técnico Igor Tudor deberá corregir para enfrentar al Madrid.
Claves del Partido
El duelo en el ataque: Vinícius vs. Yildiz
Vinícius Júnior, con un gol y una asistencia magistral en el partido contra Salzburg, está en un momento dulce. Su capacidad para desbordar y su conexión con Federico Valverde serán cruciales para romper la defensa juventina. Por su parte, Kenan Yildiz, el joven talento turco de la Juventus, ha demostrado ser letal en el área y será una amenaza constante para la zaga blanca.La táctica de Xabi Alonso
La transición de Alonso hacia un sistema con tres centrales (Rüdiger, Huijsen y Tchouaméni) ha dado al Madrid una solidez defensiva que no se veía en años. Este esquema, combinado con la creatividad de Jude Bellingham y la versatilidad de Valverde, permite al equipo adaptarse a diferentes contextos. Sin embargo, la Juventus, con su presión alta y transiciones rápidas, podría explotar cualquier error en la salida de balón.La experiencia en grandes citas
El Real Madrid tiene un historial impecable en el Mundial de Clubes, con 15 victorias en la competición, 12 de ellas por al menos dos goles de diferencia. La Juventus, aunque menos exitosa en este torneo, cuenta con jugadores experimentados como Dusan Vlahovic, quien pese a un desempeño irregular ante City, podría ser clave en un partido de eliminación directa.El factor psicológico
La Juventus llega herida tras su goleada ante el Manchester City, pero también motivada por enfrentar a un rival de la talla del Real Madrid. Los blancos, por su parte, están en plena confianza bajo el mando de Alonso, pero deberán evitar la complacencia tras su sólido paso por la fase de grupos.
Alineaciones Probables
Real Madrid (3-4-3):
Courtois; Rüdiger, Huijsen, Tchouaméni; Alexander-Arnold, Valverde, Bellingham, Fran García; Rodrygo, Mbappé, Vinícius Júnior.
Clave: La presencia de Kylian Mbappé, quien busca mejorar su trabajo sin balón según Alonso, será vital para desequilibrar.
Juventus (4-2-3-1):
Di Gregorio; Savona, Gatti, Kalulu, Cambiaso; Locatelli, Fagioli; Yildiz, Koopmeiners, Mbangula; Vlahovic.
Clave: Yildiz y Vlahovic deberán aprovechar cualquier oportunidad, ya que el Madrid no suele perdonar en el área rival.
Pronóstico: Un Partido Cerrado con Sello Merengue
El Real Madrid parte como favorito gracias a su desempeño en la fase de grupos y su historial en el torneo. La capacidad de Vinícius para generar peligro y la solidez defensiva liderada por Courtois podrían marcar la diferencia. Sin embargo, la Juventus, con su alta tasa de conversión (37% en la fase de grupos) y la calidad de Yildiz, no será un rival fácil.


Derbis Eternos: La Rivalidad entre Real Madrid y Atlético a través de los Años
El derbi madrileño, el apasionante enfrentamiento entre el Real Madrid Club de Fútbol y el Club Atlético de Madrid, es mucho más que un partido de fútbol. Es un choque de identidades, una batalla que trasciende el terreno de juego y que ha marcado la historia del fútbol español durante más de un siglo. Desde los primeros duelos a principios del siglo XX hasta las épicas finales de la UEFA Champions League, esta rivalidad ha forjado momentos imborrables, estadísticas abrumadoras y una pasión que divide a la capital de España. En este artículo, exploramos la historia, los momentos icónicos y las cifras que definen esta contienda legendaria.
Orígenes de una Rivalidad Histórica
La rivalidad entre Real Madrid y Atlético de Madrid tiene sus raíces en los albores del fútbol español. Fundado en 1902, el Real Madrid (entonces Madrid Foot-Ball Club) se convirtió rápidamente en un referente del fútbol en la capital. Un año después, en 1903, nació el Atlético de Madrid como una sucursal del Athletic Club de Bilbao, bajo el nombre de Athletic Club Sucursal de Madrid. No fue hasta 1906, en el Campeonato Regional Centro, cuando ambos equipos se enfrentaron por primera vez en un partido oficial, con victoria para los blancos por 2-1. Desde entonces, el derbi madrileño se ha convertido en el enfrentamiento más repetido en la historia del fútbol español, con más de 302 partidos oficiales hasta marzo de 2025.
En sus inicios, los duelos eran muy igualados, reflejo de una época en la que ambos clubes competían por el dominio regional. Sin embargo, a partir de los años 50, con el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano, los blancos comenzaron a tomar ventaja, consolidando una supremacía que se extendería durante décadas.
Estadísticas: La Balanza a Favor del Real Madrid
El historial de enfrentamientos entre ambos clubes muestra una clara ventaja para el Real Madrid. Hasta marzo de 2025, se han disputado 302 encuentros oficiales, con los siguientes resultados:
Victorias del Real Madrid: 154
Victorias del Atlético de Madrid: 75
Empates: 73
Goles del Real Madrid: 523
Goles del Atlético de Madrid: 380
En LaLiga, el dominio madridista es aún más evidente, con 91 victorias frente a las 41 del Atlético y 44 empates en 176 partidos. En la Copa del Rey, la balanza se equilibra ligeramente, con 18 victorias blancas, 14 colchoneras y 14 empates en 46 encuentros. En competiciones europeas, el Real Madrid también lidera, con 6 victorias frente a 3 del Atlético en 11 partidos de Champions League.
Sin embargo, la llegada de Diego Simeone al banquillo rojiblanco en 2011 marcó un punto de inflexión. Desde entonces, el Atlético ha competido de tú a tú, rompiendo rachas negativas históricas, como la de 14 años sin vencer al Real Madrid en partidos oficiales (1999-2013). En los últimos 10 enfrentamientos hasta febrero de 2025, el balance es mucho más parejo: 4 victorias del Real Madrid, 3 del Atlético y 3 empates.
Momentos Icónicos del Derbi Madrileño
El derbi madrileño ha dejado una estela de partidos que han quedado grabados en la memoria de los aficionados. A continuación, repasamos algunos de los más emblemáticos:
Copa del Rey 1960 y 1961: El Atlético reina en el Bernabéu
En 1960, el Atlético de Madrid logró una hazaña histórica al derrotar al Real Madrid por 3-1 en el Santiago Bernabéu, conquistando su primera Copa de España. Un año después, en 1961, los rojiblancos repitieron la gesta, venciendo 3-2 nuevamente en el feudo blanco. Estas victorias, lideradas por figuras como Enrique Collar, marcaron un hito para los colchoneros.Final de la Champions League 2014: El gol de Ramos en el 93’
La final de Lisboa es, sin duda, uno de los capítulos más dramáticos de esta rivalidad. El Atlético, liderado por Diego Godín, estaba a segundos de alzarse con su primera Champions League, con un 1-0 a su favor. Sin embargo, un cabezazo de Sergio Ramos en el minuto 93 forzó la prórroga, donde el Real Madrid se impuso por 4-1 con goles de Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo. Este partido marcó la Décima para los merengues y dejó una herida profunda en los corazones rojiblancos.Copa del Rey 2013: Miranda rompe la racha
En mayo de 2013, el Atlético puso fin a una racha de 14 años sin victorias oficiales ante el Madrid, derrotándolo por 2-1 en la final de la Copa del Rey, nuevamente en el Bernabéu. Un gol de cabeza de Miranda en la prórroga dio el título a los colchoneros, en un partido que simbolizó el resurgir del Atlético bajo la batuta de Simeone.Final de la Champions League 2016: La Undécima en los penales
En Milán, ambos equipos volvieron a enfrentarse en una final de Champions. El Real Madrid se adelantó con gol de Ramos, pero Yannick Carrasco empató para el Atlético. Tras un empate a uno, el partido se decidió en la tanda de penales, donde Juanfran falló y Cristiano Ronaldo selló la victoria para los blancos, conquistando la Undécima.Supercopa de Europa 2018: La revancha colchonera
El Atlético se tomó una pequeña revancha en la Supercopa de Europa de 2018, derrotando al Real Madrid por 4-2 en Tallin. Diego Costa, con un doblete, y Saúl Ñíguez fueron los héroes de una victoria que dio al Atlético su tercer título en esta competición.Exhibición en el International Champions Cup 2019
En un amistoso en Estados Unidos, el Atlético protagonizó una goleada histórica al vencer al Real Madrid por 7-3, el derbi con más goles de la historia. Diego Costa, nuevamente, fue la figura, marcando cuatro tantos. Aunque no fue un partido oficial, este resultado resonó como un mensaje de fortaleza colchonera.
Máximos Goleadores y Protagonistas
El derbi madrileño ha sido escenario para que grandes figuras de ambos clubes dejen su huella. Alfredo Di Stéfano, con 14 goles, es el máximo goleador histórico del derbi, seguido de cerca por Cristiano Ronaldo, con 22 goles en todas las competiciones. Por el lado del Atlético, jugadores como Santiago Bernabéu (sí, el mítico presidente del Real Madrid, que jugó en el Atlético) con 17 goles en competiciones coperas, y más recientemente Antoine Griezmann, han brillado en estos duelos.
En cuanto a participaciones, Sergio Ramos encabeza la lista con 43 derbis disputados, seguido por Paco Gento y Koke Resurrección, ambos con 42 partidos. Estos nombres son solo una muestra de los gigantes que han dado vida a esta rivalidad.
La Era Simeone y la Competitividad Actual
La llegada de Diego Simeone al Atlético en 2011 transformó la dinámica del derbi. Antes de su era, el Real Madrid dominaba con claridad, incluyendo una racha de 25 derbis sin derrota para los colchoneros entre 2000 y 2013. Sin embargo, Simeone llevó al Atlético a un nivel de competitividad sin precedentes, conquistando títulos como LaLiga 2013-14 y la Copa del Rey 2013, y convirtiendo los derbis en auténticas batallas tácticas.
En los últimos años, los enfrentamientos han sido extremadamente igualados. Por ejemplo, en el derbi de LaLiga del 8 de febrero de 2025, ambos equipos empataron 1-1 en el Bernabéu, con goles de Julián Álvarez para el Atlético y Kylian Mbappé para el Real Madrid. En la Champions League 2024-25, el Real Madrid avanzó en los octavos de final tras una tanda de penales, demostrando que la balanza sigue siendo ajustada.
Una Rivalidad que Trasciende el Deporte
El derbi madrileño no es solo un enfrentamiento deportivo, sino un fenómeno cultural y social. Mientras el Real Madrid ha sido históricamente asociado con la élite y los éxitos europeos, el Atlético de Madrid representa el espíritu obrero y la garra. Esta diferencia de identidades ha alimentado cánticos, rivalidades entre aficiones y un ambiente único en cada encuentro. Frases como “el equipo del gobierno” para el Madrid o “Indios” para el Atlético reflejan la intensidad de esta pugna.
Además, el derbi ha trascendido fronteras, siendo el único enfrentamiento entre equipos de la misma ciudad que se ha disputado en dos finales de Champions League (2014 y 2016). Su impacto global se ve reforzado por la presencia de jugadores estrella y entrenadores icónicos, como Ancelotti y Simeone, cuya rivalidad personal añade un capítulo más a esta historia.
Conclusión: Un Clásico Inmortal
El derbi madrileño es una de las rivalidades más vibrantes y longevas del fútbol mundial. Con más de 300 enfrentamientos, momentos que han hecho vibrar a generaciones y estadísticas que reflejan la grandeza de ambos clubes, este duelo sigue siendo un espectáculo imperdible. Para los aficionados del Real Madrid, cada derbi es una oportunidad de reafirmar su dominio histórico; para los del Atlético, es una chance de desafiar al gigante y demostrar su resiliencia.


Real Madrid 3–0 Salzburg: Señales de fútbol dominante en el Mundial de Clubes
Una victoria eléctrica que impulsa al equipo hacia los octavos
La madrugada de ayer, en Filadelfia, bajo lluvia intensa en el Lincoln Financial Field, el Real Madrid firmó una actuación arrolladora contra Salzburg (3‑0) y se aseguró el liderato del Grupo H en el Mundial de Clubes. Fue una muestra de fútbol firme, combinando cantera, carácter europeo y pegada de élite.
⚡ Vinícius renace y abre el camino
Tras dos partidos discretos, Vinícius Jr. resurgió con un tanto al ‘40 y una asistencia magistral con tacón a Fede Valverde justo antes del descanso. Su gol fue un desmarque explosivo, recorte preciso y zurdazo ajustado: fútbol en estado puro.
🧱 Valverde y Gonzalo cierran la faena
– Fede Valverde culminó con sangre fría la asistencia de Vini al filo del descanso, marcando el 2‑0 .
– En el ’84, el canterano Gonzalo García sentenció el duelo con elegante vaselina, redondeando el dominio madridista
🛡️ Defensa férrea, Courtois sólido
El bloque defensivo empleó una presión alta desde el inicio, con Bellingham intensificando el medio y Courtois manteniendo la portería a cero con intervenciones decisivas en la segunda mitad
🌧️ Adversidad climática y respuesta táctica
La lluvia condicionó el partido, pero el equipo respondió bien. Xabi Alonso presentó un sistema de tres centrales y presión intensa, dominando espacios y neutralizando al rival incluso en condiciones complicadas
📊 Primer lugar, paso firme hacia octavos
Con este triunfo, el Madrid suma 7 puntos, clasificándose como cabeza de grupo. El próximo rival serán los octavos de final: la Juventus, un duelo que promete intensidad.
🔭 Epílogo: un pulso con ambición
Tres goles, cero encajados y una imagen colectiva fuerte en su mejor versión.
Hombres jóvenes como Vinícius y Gonzalo combinan con visión y carácter: así se construye un equipo campeón.
El Real Madrid deja claro que no solo quiere ganar, quiere convencer. Ahora, con la vista en Miami… y la Juventus en el horizonte.


Los entrenadores más influyentes en la historia del club
Desde Miguel Muñoz hasta Zidane, pasando por Del Bosque y Mourinho
En el corazón de cada etapa gloriosa del Real Madrid ha habido un estratega, un líder desde el banquillo que supo traducir la historia, la exigencia y el talento en títulos. Desde los pioneros del siglo XX hasta los arquitectos del fútbol moderno, el Real Madrid ha contado con entrenadores que han marcado época. Hoy, en passionmerengue.com, hacemos un recorrido por aquellos técnicos que más influyeron en la historia del club blanco.
Miguel Muñoz (1960–1974): El patriarca de los banquillos blancos
Ningún entrenador ha dirigido más partidos ni ha ganado más Ligas que él con el Real Madrid. Miguel Muñoz, exjugador del club y parte del equipo que ganó las primeras Copas de Europa, tomó las riendas del banquillo en 1960 y se mantuvo durante 14 años, ganando 9 Ligas, 2 Copas de España y 2 Copas de Europa. Supo gestionar el final de una generación mítica e instaurar un nuevo ciclo ganador con figuras como Pirri o Amancio.
Vicente del Bosque (1999–2003): El gestor silencioso de la era galáctica
Del Bosque fue la calma en medio del torbellino mediático. Con mano firme y carácter discreto, llevó al Madrid a ganar 2 Ligas y 2 Copas de Europa (2000 y 2002), así como una Intercontinental y una Supercopa de Europa. Supo manejar un vestuario lleno de estrellas como Figo, Zidane, Raúl y Roberto Carlos, construyendo un equipo equilibrado entre talento y sacrificio.
José Mourinho (2010–2013): El revulsivo necesario
Llegó con la misión de acabar con la hegemonía del mejor Barcelona de la historia, y lo logró. Aunque su paso estuvo marcado por la controversia, Mourinho devolvió al Madrid la intensidad competitiva que había perdido. Ganó una Liga con récord de puntos (100), una Copa del Rey y una Supercopa, y dejó una base sólida que maduraría años después. Su legado también fue mental: instauró el “todo por ganar” como forma de vida.
Zinedine Zidane (2016–2018 y 2019–2021): La elegancia hecha título
Zizou pasó de leyenda como jugador a leyenda como entrenador. En apenas dos años y medio ganó tres Champions League consecutivas (algo inédito en la era moderna), una Liga, dos Supercopas de Europa y dos Mundiales de Clubes. Su estilo de gestión, sereno pero efectivo, y su conocimiento interno del club lo convirtieron en uno de los técnicos más queridos y exitosos.
Otros nombres que dejaron huella
Luis Molowny, con varios títulos interinos que lo elevaron al estatus de leyenda silenciosa.
Leo Beenhakker, padre de un fútbol ofensivo en los 80.
Carlo Ancelotti, el único que ha ganado todas las competiciones posibles con el club, incluyendo la inolvidable Décima y la Decimocuarta.
Fabio Capello, doble campeón de Liga en dos etapas breves pero efectivas.
Legado común: el ADN blanco
Aunque cada entrenador tuvo su estilo, todos compartieron un mismo principio: entender el peso de la camiseta. Dirigir al Real Madrid no es solo táctica, es historia, es presión, es responder siempre con victoria. Ellos no solo entrenaron, construyeron páginas doradas del club más grande del mundo.


Las camisetas más icónicas del Real Madrid: de 1902 a hoy
Un recorrido visual y emocional por los diseños que marcaron cada época blanca
El origen: 1902–1920
Todo comenzó con una camiseta blanca lisa, sin escudo ni publicidad. Inspirada en el uniforme del Corinthians londinense, aquella prenda simbolizaba pureza y elegancia. Con cuello subido y mangas largas, fue testigo de los primeros pasos del Madrid Foot-Ball Club en los polvorientos campos de la capital.
Consolidación: 1920–1940
En esta etapa aparece por primera vez el escudo bordado sobre el pecho, con la corona real tras la concesión del título de “Real” en 1920. La camiseta mantiene su diseño sobrio, pero ya empieza a reflejar identidad y orgullo institucional.
Era dorada: 1950–1960
La camiseta blanca vivió su época más gloriosa con Di Stéfano, Gento y Puskás. Sin marcas ni adornos, pero cargada de historia, se convirtió en símbolo de dominio europeo. En ella se bordaron las cinco primeras Copas de Europa. Era austera, pero invencible.
Modernización: 1980–1990
En los años 80, la firma Hummel introduce sutiles detalles en las mangas y un nuevo corte más atlético. Aparecen por primera vez los dorsales grandes y visibles. La camiseta de la “Quinta del Buitre” ya coquetea con el marketing sin perder su esencia.
La revolución del patrocinio: 1990–2000
Parmalat, Teka... El pecho de la camiseta blanca comienza a poblarse con patrocinadores. Adidas entra como proveedor oficial y moderniza el diseño con tejidos técnicos, cuellos en V y ribetes lilas, dejando atrás la sobriedad de décadas anteriores.
La era galáctica: 2001–2010
La camiseta con Teka, luego Siemens Mobile, se convirtió en símbolo de una época. Zidane, Figo, Ronaldo y Beckham la vistieron como estrellas de rock. Líneas más estilizadas, telas ligeras y un escudo más prominente acompañaron una época de glamour y presión.
Tecnología y legado: 2010–2020
Con Adidas al frente, las camisetas de esta década combinan tradición y tecnología. Desde el modelo de 2014 con ribetes dorados (Décima) hasta el diseño con detalles morados de 2022, cada camiseta recuerda un hito reciente. Aparece Fly Emirates como patrocinador estable.
De lo clásico a lo futurista: 2021–hoy
Últimos diseños como el de 2022/23, que rinde homenaje al Bernabéu con detalles arquitectónicos, o el de 2024/25 con acabados dorados y un aire minimalista, demuestran que la camiseta blanca sigue evolucionando sin traicionar su esencia.
Epílogo: Una segunda piel
Cada camiseta ha sido más que una prenda: un lienzo de emociones, de historia, de orgullo. Las camisetas del Real Madrid no solo se visten: se sienten, se sufren y se celebran. Y aunque cambien los detalles, el alma siempre será blanca.


Real Madrid 3–1 Pachuca: La reacción heroica en el Mundial de Clubes
Diez contra once, coraje, cantera y el poder del escudo
Bajo el calor sofocante de Charlotte, el Real Madrid firmó una victoria vibrante (3–1) ante Pachuca en su segundo partido del Mundial de Clubes. Una demostración de carácter que reafirma al equipo de Xabi Alonso como candidato serio al título, aunque aún bajo prueba.
🟥 Adversidad desde el inicio
El encuentro se torció apenas en el minuto 7, cuando Raúl Asencio recibió una roja directa, dejando al club con diez jugadores por 83 minutos Una situación que ha parado a muchos… pero no al Madrid.
🔁 Reacción, táctica y dominación
– A pesar de la desventaja, el Madrid recuperó el control y mejoró notablemente tras la expulsión elpais.com.
– El canterano Gonzalo García fue un activo decisivo: su presión alta e inteligencia en la construcción activó los goles.
⚽ Goles que sellaron la victoria
Jude Bellingham (m. 35): definió cruzado tras preasistencia de Gonzalo.
Arda Güler (m. 43): culminó un gran jugada tras pase asistido por Gonzalo.
Fede Valverde (m. 70): sentenció con un disparo cruzado tras conexión de Brahim Díaz.
El 3‑1 final llegó de Pachuca, obra de Elías Montiel, pero apenas atenuó la superioridad blanca.
🧱 Defensor y portero, muro
La solidez defensiva fue notable, con actuaciones clave de Courtois—numerosas intervenciones decisivas y asistiendo en igualada dialéctica con los delanteros rivales.
⚠️ Incidente racista y respuesta firme
Durante el partido, se activó el protocolo antirracismo tras insultos a Antonio Rüdiger. El entrenador salió en su defensa y añadió que el Madrid apoya tolerancia cero.
🔝 Hacia el liderato del grupo
Con este triunfo, el Madrid acumula 4 puntos en el Grupo H, y depende de sí mismo para avanzar como primer clasificado, con el partido decisivo ante Salzburgo en Philadelphia.
Epílogo: Diez, pero invencibles
Jugar casi todo el partido con un hombre menos no frenó al Madrid.
En cambio, activó lo mejor del carácter blanco:
– Coraje de cantera (Gonzalo),
– Firmeza táctica (Alonso),
– Jerarquía y portería segura (Courtois),
– Y golazo tras golazo, sin detener la pulseada.
El Madrid respondió con la fuerza del escudo.
Hoy, 3‑1 ante Pachuca.
Mañana… a soñar con el trofeo más grande.


La Novena en 2002: El gol de Zidane que se hizo eterno
Cuando el cielo se pintó de blanco y la volea se convirtió en historia
15 de mayo de 2002. Hampden Park. Glasgow.
Un escenario ya ligado para siempre a la épica madridista. Cuarenta y dos años después de la final perfecta de 1960, el Real Madrid volvía a Escocia en busca de una nueva página dorada. Y aquella noche, frente al Bayer Leverkusen, Zinedine Zidane firmó una obra de arte que no conoce el olvido.
Era el nacimiento de la Novena.
Era el momento en que el tiempo se detuvo para ver cómo un francés dibujaba en el aire el gol más hermoso de todos los tiempos.
✦ Un equipo de estrellas y carácter
El Real Madrid de Vicente del Bosque era una mezcla perfecta de experiencia y talento:
En la portería, Iker Casillas, un joven con reflejos de leyenda.
En defensa, hombres de jerarquía: Hierro, Roberto Carlos, Helguera.
En la medular: el motor de Makelele, la magia de Figo, la pausa de Solari.
Y arriba: Raúl, eterno capitán, y Zidane, el arquitecto del destino.
En el banquillo, Morientes y un papel inesperado que cambiaría el partido.
✦ Un inicio de tensión
El partido empezó con intensidad. Al minuto 8, Raúl González Blanco aprovechó un saque de banda rápido y sorprendió al portero alemán para poner el 1-0. Pero el Leverkusen no se amedrentó: en el 13’, Lucio empató con un cabezazo poderoso tras un córner.
El empate calentó la final. Pero todos intuían que algo especial estaba por venir…
✦ Minuto 45: la volea que detuvo el mundo
Corría el último suspiro del primer tiempo. Roberto Carlos voló por la banda izquierda y, con un centro algo defectuoso, envió el balón al aire.
Y allí estaba él.
Zinedine Zidane, de perfil, observó la pelota descender lentamente.
Con la zurda, y sin dejarla caer, la impactó con una pureza tan perfecta que el cuero se coló por la escuadra, sin dar opción a nadie.
Gol.
Gol eterno.
Una volea que no fue solo un tanto. Fue arte. Fue legado. Fue Real Madrid.
✦ El héroe inesperado
En la segunda parte, el Leverkusen apretó. Pero entonces apareció un joven portero que había empezado el partido en el banquillo: Iker Casillas.
Entró por un lesionado César Sánchez y se transformó en un muro humano.
Tres paradas salvadoras, reflejos felinos, valentía sin edad.
La Novena también lleva su nombre.
✦ Epílogo: El gol más bello del siglo
La Novena no fue solo una Copa de Europa más. Fue la confirmación del Madrid galáctico, la consagración de Zidane y el punto culminante de una generación.
Pero por encima de todo, fue una celebración del fútbol en su estado más puro.
Cuando se hable del Real Madrid, del arte, de la historia, de lo que significa soñar…
Siempre se recordará ese instante en Glasgow.
Cuando un hombre de clase infinita levantó la pierna izquierda y convirtió el cuero en leyenda eterna.




Real Madrid 1–1 Al‑Hilal: Debut agridulce en el Mundial de Clubes
Un duelo bajo el calor, con debutantes y lecciones que laten en el alma
Bajo el implacable sol de Miami, en el Hard Rock Stadium y al frente de su primer torneo como técnico, Xabi Alonso vivió una jornada de contrastes. El Real Madrid comenzó su andadura en el Mundial de Clubes con un empate 1–1 frente al Al‑Hilal de Arabia Saudí, un resultado que dejó sensaciones encontradas: orgullo por la entrega, pero también una alarma sobre ritmo y coordinación.
⚽ Primer tiempo intenso y golazo canterano
En el minuto 34, el joven canterano Gonzalo García, aprovechando una rápida transición, lideró un contragolpe y remató con calma para adelantar al Madrid. Fue su primer gol con el primer equipo, un momento que despertó esperanza y emoción
🛡️ El empate y las dudas tácticas
Solo siete minutos después, Rúben Neves transformó un penalti a favor de Al‑Hilal, tras falta de Raúl Asencio, dejando el partido igualado . El equipo saudí impuso su presión y orden, especialmente en la segunda mitad, y el calor asfixiante afectó claramente el ritmo local .
⏱️ La tensión final y el penal fallado
En tiempo añadido, el Madrid tuvo la oportunidad del triunfo: Fede Valverde ejecutó un penalti que no logró superar a Bounou, el arquero saudí, manteniendo el empate . A pesar del dominio en la segunda mitad, faltó eficacia y frescura de ideas.
🔁 Debutantes, sombras y luces
Trent Alexander-Arnold, que vestía el blanco por primera vez, inició con promesas: activó el ataque y registró robos de balón, aunque también cometió errores defensivos
La ausencia de Toni Kroos se notó en la zona creativa, donde solo Güler y Valverde intentaron aportar fluidez
💬 Xabi Alonso y el espejo del futuro
El técnico alabó la entrega y reconoció que este es solo el primer paso: falta ritmo, cohesión y adaptación a nuevas piezas de plantilla. La prensa calificó el encuentro como un “debut tibio” que también parte del crecimiento en una pretemporada corta .
✨ Epílogo: Una prueba, no un veredicto
Un 1–1 bajo el calor de Miami.
Una actuación que combina resultados, lecciones y emociones.
Gonzalo brilla. Trent asoma. Xabi crece con su equipo.
Pero queda por afinar algo: la chispa que convierte intenciones en identidad.
El Madrid aprende, se adapta y camina.
Hoy un empate. Mañana… demostrará que no se rinde en ningún torneo.


Los años 50 y 60: El Madrid celestial
Cuando el cielo se vistió de blanco
Hubo un tiempo en que el fútbol dejó de ser terrenal para elevarse al firmamento. Fue entre las décadas de 1950 y 1960, cuando el Real Madrid, como si guiara a los dioses en botas de cuero, reinventó la historia y la convirtió en leyenda.
Fueron años en que el balón no rodaba: flotaba. El césped del recién inaugurado estadio de Chamartín se convirtió en altar. Las noches europeas, en rituales sagrados. Y la camiseta blanca, en manto celestial.
El inicio de una era
Todo comenzó en 1953, cuando Don Santiago Bernabéu, presidente con alma de visionario, logró un fichaje que cambiaría el curso del club y del fútbol mundial: Alfredo Di Stéfano, la “Saeta Rubia”. Argentino de sangre y universal por destino, Di Stéfano no fue un delantero, fue un ejército completo. Defendía, organizaba, atacaba, y, sobre todo, lideraba.
A su alrededor, el club reunió a una constelación de genios:
– Francisco Gento, gallego de piernas huracanadas, dueño del vértigo.
– Ferenc Puskás, artillero húngaro de zurda prodigiosa y espíritu combativo.
– Raymond Kopa, refinado francés con mirada de artista.
– José María Zárraga, el equilibrio.
– Y Miguel Muñoz, primero general en el campo y luego en el banquillo.
Las cinco Copas de Europa
Entre 1956 y 1960, el Real Madrid ganó las cinco primeras Copas de Europa, un hito jamás igualado. Cada final fue un capítulo sagrado:
– 1956, en París: victoria ante el Stade de Reims.
– 1957, en el Bernabéu: la gloria en casa frente a la Fiorentina.
– 1958, en Bruselas: nuevo triunfo sobre el Reims.
– 1959, en Stuttgart: dominio ante el Stade de Reims por tercera vez.
– Y la cúspide, 1960, en Glasgow: 7-3 ante el Eintracht Frankfurt, con exhibición antológica de Di Stéfano y Puskás. Fue la noche en que el fútbol se rindió.
Más que títulos: Estilo y estampa
El Madrid de los años 50 no sólo ganaba. Hipnotizaba. Su estilo era ofensivo, rápido, elegante y eficaz. Era fútbol de gala, como una ópera jugada con tacos y pasión. Las gradas del Bernabéu eran púlpitos desde donde se admiraba la perfección.
Di Stéfano lo resumía con claridad:
“Ningún jugador es tan bueno como todos juntos.”
Y juntos, formaban un equipo que parecía invencible. El mundo los admiraba. Europa los temía.
La herencia de los 60
Tras conquistar el cielo en 1960, el Real Madrid no descansó. Siguió acumulando Ligas, Copas y, en 1966, una nueva Copa de Europa con un grupo renovado: los “Yé-Yé”.
Ya sin Di Stéfano, pero con nuevos ídolos como Amancio, Pirí, Zoco y Velázquez, el Madrid probó que su grandeza no era pasajera, sino una tradición perpetua.
Epílogo: El equipo que enseñó a soñar
Los años 50 y 60 no fueron una simple etapa gloriosa. Fueron el origen del mito.
El Real Madrid pasó de ser un club temido… a ser venerado.
De jugar en campos de tierra a reinar en los cielos de Europa.
De pelear por copas a crear una dinastía eterna.
Desde entonces, todo madridista, al mirar al escudo, siente en su pecho la voz de aquellos héroes que nunca se fueron.
Porque Di Stéfano, Puskás, Gento y compañía no murieron.
Se fundieron con la historia.
Y cuando el balón rueda en una gran noche europea, no son sólo once en el campo:
son legiones de fantasmas gloriosos…
vestidos de blanco.


El origen: De Padrós a Machimbarrena
Caballeros del balón en los albores del siglo XX
Fue en una España que aún caminaba entre carruajes y faroles de gas, en una Madrid de sombreros, bastones y periódicos doblados bajo el brazo, cuando nació una pasión sin igual: el Madrid Foot-Ball Club. En aquella era sin focos ni multitudes globales, cuando el fútbol era apenas un susurro entre aficionados románticos, surgieron los primeros caballeros del escudo blanco.
Los pioneros del honor
Arthur Johnson, inglés de acento recio y elegancia natural, fue más que un jugador: fue un maestro. Llegó a Madrid con la idea clara de enseñar ese “football” británico que se expandía por Europa. No sólo jugó como delantero, sino que también fue el primer entrenador del club, enseñando tácticas, colocación y, sobre todo, amor por el juego limpio.
Fue él quien impulsó el uso del blanco inmaculado en la indumentaria, símbolo de pureza y respeto, color que hoy es sinónimo de grandeza universal.
Sotero Aranguren y la pasión sin límites
Poco después, emergió la figura de Sotero Aranguren, uruguayo de nacimiento, madrileño por entrega. Mediocampista aguerrido, fue uno de los primeros en mostrar lo que hoy se llama "espíritu madridista": lucha sin descanso, entrega sin condiciones, y fidelidad absoluta al escudo.
Sotero no jugaba por dinero. Jugaba por amor, por compromiso, por identidad. Su fútbol era pasión pura en una época donde no existía la fama, sólo la honra.
Machimbarrena: El caballero que fue leyenda
Pero si hay un nombre que resume lo que fue aquel Madrid originario, ese es el de Manuel Machimbarrena.
Hombre de exquisita educación, abogado de profesión, vestía la camiseta blanca con la dignidad de un caballero castellano. Defensa central de alma y temple, era respetado no solo por su juego, sino por su comportamiento impecable dentro y fuera del terreno.
Murió joven, en 1923, víctima de la tuberculosis. Su figura dejó una huella tan profunda que el club, en gesto de respeto eterno, colocó una lápida en su honor junto a la de Aranguren en el estadio de Chamartín. Allí reposaban los sueños y la memoria de dos gigantes que dieron su vida —literalmente— por el club.
Epílogo: Más que futbolistas
No hubo cámaras ni titulares. No hubo contratos millonarios ni redes sociales. Sólo hubo hombres de carne, hueso y coraje.
Hombres que convirtieron el barro en historia y el balón de cuero en gloria.
Ellos fueron los primeros en sudar la camiseta blanca. Los que pusieron la piedra fundacional de un templo llamado Real Madrid.
Y aunque sus nombres hoy duerman en sepia y silencio, cada vez que el balón rueda en el Bernabéu, sus espíritus despiertan.
Porque el Madrid moderno camina sobre los pasos de Johnson, Aranguren y Machimbarrena.
Y en cada victoria, también se honra su memoria.


Santiago Bernabéu
De sus orígenes a una presidencia para la eternidad
En la historia del Real Madrid hay muchos nombres ilustres, pero sólo uno puede ser llamado con justicia el padre de la grandeza blanca: Don Santiago Bernabéu de Yeste. Futbolista, directivo, constructor de sueños y presidente incomparable, fue mucho más que un dirigente. Fue el espíritu de un club que, gracias a él, dejó de ser grande para convertirse en eterno.
Los orígenes: Un joven del balón
Nacido en Almansa (Albacete), en 1895, Santiago Bernabéu llegó a Madrid siendo un niño. A los 14 años ya vestía de blanco. En 1912 debutó como delantero en el primer equipo del Madrid Foot-Ball Club, donde destacaría durante 16 temporadas. No fue el más brillante ni el más famoso, pero sí el más comprometido con la causa. Incluso fue portero en ocasiones, lo que demuestra su entrega absoluta.
Cuando colgó las botas, su alma seguía unida al club. Fue delegado, entrenador, vocal, secretario... Nunca se fue.
La guerra y el regreso
Durante la Guerra Civil Española (1936–1939), el club quedó casi inactivo. Las oficinas fueron destruidas, el estadio de Chamartín deteriorado y muchos jugadores exiliados. Fue entonces cuando Bernabéu, con temple de hierro y corazón de león, retornó para reconstruirlo todo desde las cenizas.
En 1943, tras una profunda crisis institucional, fue nombrado presidente del Real Madrid. Lo que comenzó como una misión de salvación se convirtió en una de las epopeyas más gloriosas que el fútbol haya conocido.
Una presidencia para los siglos
La presidencia de Bernabéu duró 35 años, desde 1943 hasta su muerte en 1978. En ese tiempo:
Mandó construir el estadio Santiago Bernabéu (inaugurado en 1947), el más moderno de Europa en su tiempo.
Fundó la Ciudad Deportiva, pionera en el entrenamiento profesional de jugadores.
Profesionalizó la estructura del club a niveles nunca antes vistos.
Y sobre todo, fichó a Alfredo Di Stéfano, el astro que cambiaría la historia del fútbol.
Con Di Stéfano y su generación —Puskás, Gento, Rial, Kopa— el Real Madrid dominó Europa. Entre 1956 y 1960 conquistó las cinco primeras Copas de Europa, coronándose como el mejor club del siglo XX.
Además, bajo su mandato se ganaron:
16 Ligas,
6 Copas de Europa,
6 Copas del Rey,
y decenas de títulos más.
Pero su legado no se cuenta sólo en copas. Se ve en la forma de vestir, en el orgullo de pertenecer, en la exigencia de la victoria y en la elegancia ante la derrota. Bernabéu construyó una identidad.
El final del patriarca
Santiago Bernabéu falleció el 2 de junio de 1978, mientras aún era presidente del club. Se fue en su puesto, como los grandes capitanes que no abandonan el timón.
Su muerte fue llorada en toda España. La FIFA decretó tres días de luto. Ese mismo verano, durante el Mundial de Argentina, se guardó un minuto de silencio en su honor. El mundo entero se inclinó ante su figura.
Hoy, el estadio lleva su nombre, pero más allá de la piedra y el cemento, Bernabéu vive en cada remontada imposible, en cada Copa levantada, en cada niño que sueña con vestir de blanco.
Epílogo: Un nombre, un legado
Santiago Bernabéu no fue sólo el presidente más importante del Real Madrid. Fue su constructor, su guía, su conciencia.
Elevó un club local a una institución mundial.
Y nos dejó una enseñanza imborrable:
“En el Real Madrid no se juega para ganar. Se juega para hacer historia.”
Por eso, cada vez que ruge el Bernabéu, en sus cimientos todavía resuena la voz de aquel hombre de bigote serio y alma gigante.
Porque su obra no terminó en 1978.
Su obra sigue viva.
Los orígenes (1902–1920) del Real Madrid
Crónica de una pasión naciente en la Villa y Corte
Corría el año de gracia de 1902 cuando, en los cafés y tertulias de la capital del Reino, comenzaban a escucharse con fervor nombres extranjeros como football, corner y goal. España, tierra de tradiciones y mantillas, abría tímidamente los brazos a un deporte nuevo, traído por británicos y adoptado por jóvenes inquietos de espíritu moderno.
En aquel Madrid de tranvías y caballeros de levita, un grupo de aficionados, mayoritariamente estudiantes y académicos vinculados al desaparecido Sky Football Club, decidió fundar un nuevo equipo: el Madrid Foot-Ball Club, acto que quedó rubricado oficialmente el 6 de marzo de 1902. El primer presidente fue Juan Padrós, catalán de nacimiento, madrileño de corazón y apasionado impulsor del balompié en la capital.
Aquel Madrid primigenio, vestido de impoluto blanco, disputó su primer torneo oficial apenas unas semanas después: la Copa de la Coronación, organizada en honor al ascenso al trono de Alfonso XIII. Aunque no logró alzarse con el trofeo, dejó constancia de su temple y caballerosidad.
Durante los años siguientes, el club creció en organización y popularidad. En 1905, tan sólo tres años después de su nacimiento, el Madrid ya levantaba su primer gran trofeo: la Copa de Su Majestad el Rey, imponiéndose con nobleza y pundonor. Repetiría la hazaña tres años más: 1906, 1907 y 1908, conquistando así el respeto de sus adversarios y la devoción de sus simpatizantes.
Eran tiempos heroicos. Los encuentros se celebraban en campos de tierra, rodeados de árboles, donde los caballeros llegaban en coche de caballos y los niños soñaban con formar parte de aquel equipo que hacía vibrar a la ciudad. No había aún ligas profesionales, ni gradas multitudinarias, pero había un fuego interior, una llama de gloria que comenzaba a encenderse.
En 1912, bajo la presidencia de Adolfo Meléndez, el club logró un hito fundamental: la inauguración de su primer estadio propio, el Campo de O'Donnell, lo que le otorgaba estabilidad y prestigio. Fue también en esta etapa cuando se afianzaron los colores, los emblemas y el estilo señorial que ya empezaba a definir a la institución.
Pero fue en 1920 cuando el destino del club tomó un giro majestuoso. Ese año, Su Majestad el Rey Alfonso XIII concedió el título de “Real” al Madrid Football Club, reconociendo así su ejemplar trayectoria y su contribución al deporte patrio. Desde entonces, el club pasó a llamarse oficialmente Real Madrid Football Club, portando la corona en su escudo como símbolo de lealtad, nobleza y distinción.
Así se forjaron, entre el polvo del terreno y el aplauso de los fieles, los primeros pasos de un club que, sin saberlo entonces, estaba llamado a ser leyenda.


Temporada (2023–2024) del Real Madrid
Crónica de un renacer con alma de eternidad
En los albores del tercer milenio, cuando la velocidad del mundo parecía sepultar el arte del fútbol bajo cifras, estadísticas y mercados, el Real Madrid —ese club nacido en la elegancia de principios del siglo XX— volvió a recordar a todos que la grandeza no se negocia, se hereda y se cultiva.
Corría el año de Nuestro Señor de 2023, y el Viejo Continente —batido por guerras económicas, redes sociales y pantallas omnipresentes— volvía a mirar hacia Chamartín con asombro. Allí, donde una vez jugaron Di Stéfano, Gento y Puskás, ahora emergía una nueva generación de caballeros del balón: jóvenes de rostro sereno y talento encendido, decididos a escribir su propio capítulo dorado.
Con Carlo Ancelotti como timonel sabio y sereno, ese señor de ceja levantada y alma de estratega romano, el Real Madrid de 2023–2024 abrazó su destino con humildad y orgullo. Bajo su tutela, el equipo tejió una sinfonía de fútbol total: ordenado atrás, elegante en la medular, mortal al frente.
Brillaban con fuerza nombres que ya son eco en el viento:
— Jude Bellingham, un inglés de porte altivo y alma valiente, que llegaba al Bernabéu para convertirse en caudillo y poeta del gol.
— Vinícius Jr., el relámpago carioca, cuya zurda danzaba como las olas del Atlántico.
— Rodrygo, silencioso y letal, sombra ligera que aparecía donde menos se esperaba.
— Y Toni Kroos, el reloj de precisión germana, que ofrecía su último vals vestido de blanco con la elegancia de un noble que se despide en lo alto.
La temporada avanzó como un romance épico. La afición, enardecida, colmaba el nuevo Santiago Bernabéu, convertido en catedral moderna del fútbol, donde la piedra se mezclaba con el acero y la historia con el futuro. Desde sus gradas brotaban cánticos antiguos, invocaciones a Juanito, Raúl, Cristiano... y los nuevos ídolos.
Llegó mayo, y con él, el clímax. El Real Madrid alzó su 36ª Liga, como quien recoge una tradición familiar que jamás se rompió. Y por si fuera poco, el 1 de junio, en la majestuosa Wembley, conquistó su 15ª Copa de Europa, derrotando al Borussia Dortmund en una noche envuelta en magia, sudor y gloria. Un gol de Carvajal —sí, el de casa, el del alma— abrió el cielo. Luego, Vinícius puso la firma final.
El Madrid no sólo ganó. El Madrid convenció, emocionó y enamoró. Fue el regreso de los valores eternos: lucha, honor, compañerismo y fe inquebrantable. Fue un susurro en la memoria de los antiguos socios de la calle O'Donnell. Fue la continuación de una historia que se niega a morir porque ya pertenece a la eternidad.
Y así, entre el rugido de los tiempos modernos y el eco de las glorias pasadas, el Real Madrid de 2023–2024 volvió a demostrar que el fútbol, cuando se juega con el alma, se convierte en leyenda.




La pasión por el Real Madrid
Un sentimiento que no se explica, se vive
Hay pasiones que arden sin hacer ruido. Hay amores que no necesitan palabras, sólo gestos, miradas y suspiros compartidos. Y luego está el Real Madrid, que no es un club, ni una institución, ni siquiera una bandera. Es algo más hondo, más visceral. Es un latido que se hereda, un fuego que no se apaga.
Desde el humilde campo de tierra de O'Donnell hasta el coloso de acero y luz que hoy es el nuevo Santiago Bernabéu, han pasado generaciones enteras que encontraron en el blanco impoluto del Madrid algo más que un color: encontraron un hogar.
Porque ser del Real Madrid no se elige: se nace, se siente, se lleva en la piel y en el alma. Está en la voz del abuelo que narraba hazañas de Di Stéfano, en los ojos del padre que vibraba con Butragueño, y en los pasos del niño que imita a Bellingham en la plaza del barrio.
¿Cómo explicar lo que se siente cuando el balón cruza la red en el minuto 93? ¿Cómo describir la emoción cuando once hombres visten la historia con dignidad y coraje, sabiendo que detrás de ellos hay millones de corazones latiendo al unísono? No se puede. Porque la pasión madridista no se razona. Se vive. Se sufre. Se celebra.
Los que no la comprenden dirán que es sólo fútbol. Que son once contra once. Que se gana o se pierde.
Pero los que hemos llorado frente a la radio, gritado en el último segundo, soñado con cada final de Champions… sabemos que el Real Madrid no juega: conmueve.
Cada camiseta blanca representa algo sagrado. Cada remontada imposible es un recordatorio de que en el Madrid, rendirse nunca fue opción.
Aquí se lucha hasta el final. Aquí los imposibles se convierten en costumbre. Aquí el alma se deja en el campo y el orgullo se escribe en letras doradas.
Y por eso, cuando un madridista se levanta del asiento con el alma en vilo, no necesita palabras. Cuando se mira a otro madridista, ni siquiera hace falta hablar. Basta con el brillo en los ojos y el corazón acelerado.
Porque esto no se explica. Se siente.
Se siente cuando suena el himno.
Se siente al besar el escudo.
Se siente al ver el blanco ondear en Europa.
Se siente cuando, aún en la derrota, se camina con la cabeza alta y el alma entera.
Así es la pasión por el Real Madrid. Una llama que no se apaga. Una historia que no termina.
Un sentimiento eterno. Un idioma universal. Una forma de vida.